La receta para la felicidad gerencial es bastante simple: lo principal es poder convencer a los empleados de la necesidad de realizar una acción en particular. Sin embargo, en muchos casos, el gerente simplemente pone a los empleados frente a una solución lista para usar. Es poco probable que este enfoque cree un clima saludable en el equipo y desarrolle la iniciativa entre sus subordinados.
Necesario
- - conversación con el equipo;
- - plan de conversación;
- - experiencia laboral positiva en su haber.
Instrucciones
Paso 1
Convencer a la gente es un arte. Por supuesto, hay líderes que prefieren decidir todo ellos mismos, pero tal voluntarismo afecta negativamente el ambiente en el equipo, entorpece la iniciativa, la capacidad de tomar decisiones de forma independiente y asumir la responsabilidad de su implementación. Por lo tanto, los principios de la democracia y una discusión integral sobre la salida de esta situación son muy deseables. Trate de no dictar sus ideas a los subordinados, consulte con ellos sobre un problema en particular, escuche sus opiniones y contraargumentos.
Paso 2
Tenga en cuenta que si quiere ser un ganador en una disputa, intente anticipar las preguntas de sus empleados con anticipación y piense en sus respuestas. De lo contrario, corre el riesgo de estropearse.
Paso 3
Nunca levante el tono ni grite; en el mundo empresarial, la liberación de emociones es una manifestación de debilidad, no de fuerza. No puedes convencer a nadie gritando, solo te ganarás la reputación de ser una persona emocionalmente desenfrenada.
Paso 4
Incluso si ya tiene una decisión y un orden preparados en su cabeza, no lo imponga sin una discusión previa. Y si realmente tiene que dar un paso tan impopular, primero prepare moralmente a sus subordinados para tal giro de los acontecimientos manteniendo una conversación explicativa con ellos.
Paso 5
Comience a comunicarse con los colegas de la siguiente manera: “Hoy me gustaría discutir con ustedes la siguiente pregunta (tema), sus opiniones sobre este tema, ¿qué comentarios habrá?”. Como muestra la práctica, en un equipo sano, los subordinados piensan igual que el líder, además, ofrecen aquellas soluciones que se le ocurrieron al gerente, y suceden aún mejor. Lo principal es poder notarlos a tiempo.
Paso 6
Sin embargo, si sus pensamientos solo se refieren a cómo convencer a los subordinados y no a resolver el problema, corre el riesgo de perder la mejor oferta. Por lo tanto, establezca un equilibrio saludable entre su decisión, con su sentido inherente de autoestima, y el beneficio general para la empresa. Recuerde, para convencer a una persona de que tome la decisión correcta, debe inspirarle un sentido de confianza en usted, cautivarlo con el resultado e interés en la implementación. Y para que sus empleados tengan un sentido de confianza, debe tener un bagaje sólido de decisiones de gestión correctas que hayan traído resultados positivos a sus espaldas.