Las palabras "crimen" y "ofensa" se escuchan con bastante frecuencia. Además, incluso una persona que usa estos términos en el habla no siempre puede formular claramente lo que significan. Esto es especialmente cierto para los delitos. Mientras tanto, en la literatura jurídica, esta definición se divulga con suficiente detalle.
En la literatura, un delito se denomina con razón un acto socialmente dañino por el que un sujeto capaz debe asumir la responsabilidad legal. Tanto una persona como una organización pueden actuar como sujetos. En este caso, la responsabilidad sólo puede recaer en quienes, en la forma prescrita por la ley, sean reconocidos como capaces. ¿Puede considerarse delito cualquier acción peligrosa para la sociedad en su conjunto o para los ciudadanos individuales? No. Es así solo en los casos en que cumple determinadas condiciones. En primer lugar, la acción debe ser dañina o peligrosa para la sociedad. El segundo rasgo distintivo de un delito, como implica el nombre mismo de este fenómeno, es que contradice las normas legales. Una de las principales características de un delito es la culpa. El acto en sí es sancionado, es decir, el acto se reconoce como delito o infracción administrativa en la forma prescrita por la ley, por lo que se imponen determinadas sanciones. Los tipos de castigo están estrictamente regulados. Si el delito es reconocido como delito, el castigo lo determina el Código Penal, que indica claramente para qué acciones ilegales se prevén ciertos tipos de castigos. Si la infracción es reconocida como infracción administrativa, las penas o consecuencias adversas de la misma están determinadas por el Código de Infracciones Administrativas. Uno de los componentes más importantes de un delito es la responsabilidad legal por él. Si no existe tal responsabilidad, no se trata de una infracción. Ha habido y hay momentos en la historia: por ejemplo, cuando algunas normas legales ya no son válidas, mientras que otras aún no se han desarrollado, como es el caso en tiempos de guerras o revoluciones. Una ofensa es un acto u omisión cometido. Para que surja la responsabilidad legal, se debe cometer el acto de conducta. Los pensamientos y las intenciones no pueden estar sujetos a responsabilidad legal. En este caso, se entiende por inacción la pasividad de una persona u organización, que condujo a la vulneración de los derechos de alguien. Un ejemplo es la falta de pago de salarios a los empleados, la falta de asistencia a una persona en una situación peligrosa, etc. ¿Cuándo se puede declarar culpable a una persona de un delito? Si es capaz de darse cuenta de sus acciones y sus consecuencias. Si una persona no es consciente de sus acciones, no se le puede declarar culpable. Un niño pequeño o una persona mentalmente enferma no pueden ser reconocidos como delincuentes porque no son conscientes de sus acciones y, por lo tanto, no pueden ser considerados responsables de ellos. La práctica jurídica también conoce muchos casos de acciones reflejas que el sujeto no pudo realizar ni prevenir. Estas acciones parecían delitos, pero legalmente no podían reconocerse como tales.