Cualquier tipo de negocio está continuamente asociado con cualquier amenaza de pérdida material. Y para protegerse de tal fenómeno y hacer frente de manera efectiva a las dificultades financieras, debe familiarizarse de antemano con todos sus tipos y características.
Los riesgos se pueden dividir condicionalmente en dos grupos. El primero son los riesgos a los que están sometidas literalmente todas las estructuras comerciales, incluso las más nuevas y pequeñas en términos de producción. Este grupo incluye riesgos inflacionarios, crediticios y fiscales. El segundo grupo incluye los tipos de riesgos más "exóticos" directamente relacionados con la expansión de la producción. Se trata de riesgo cambiario, de interés, de inversión y de depósito.
El primer grupo de riesgos
El riesgo inflacionario implica la probabilidad de depreciación del valor real de los activos financieros, así como los ingresos previstos por la ejecución de diversas transacciones, lo que ocurre debido al aumento anual de la inflación. Para minimizar esta amenaza, desarrolle el programa de administración de activos financieros adecuado. Por ejemplo, puede utilizar una moneda libremente convertible que se puede convertir fácilmente en cualquier momento conveniente a la moneda nacional.
El crédito es el riesgo asociado con un posible incumplimiento parcial o total de los socios, así como de otras partes del acuerdo de las obligaciones especificadas en el acuerdo. Para asegurarse contra tal problema por su cuenta, incluso en la etapa inicial de la formalización de la transacción, atraiga a los garantes, que serán responsables junto con los principales deudores.
El riesgo fiscal es una posible pérdida de un emprendedor asociada a cambios en la legislación tributaria o con errores que el propio empresario comete a la hora de calcular y pagar los impuestos. La solución más óptima en esta situación es buscar la ayuda de un contador profesional.
Segundo grupo de riesgos
El riesgo de tipo de cambio es la pérdida estimada que podría surgir de fluctuaciones adversas a corto o largo plazo en los tipos de cambio utilizados para las transacciones financieras. Una política bien diseñada para estabilizar tales situaciones, por ejemplo, utilizando tipos mixtos de asentamientos, ayudará a minimizar el riesgo o prevenirlo por completo.
El interés es una pérdida que se produce debido a cambios repentinos en las tasas de interés específicas del mercado financiero: crédito, depósito, etc. Para evitar que las pérdidas se vuelvan catastróficas, dé preferencia solo a aquellas instituciones de crédito y bancos que tengan una política de tasas de interés estable y confiable.
El riesgo de inversión implica la ocurrencia de pérdidas materiales en el curso de las actividades de inversión. En esta situación, pueden ayudar programas especialmente desarrollados, así como los servicios calificados de un gerente que pueda invertir dinero de la manera más eficiente posible.
El riesgo de depósitos está asociado con la probabilidad de que las instituciones bancarias no devuelvan los depósitos. Esto puede suceder si el banco realiza las operaciones de depósito que se le encomiendan de mala fe.