La grabación de la conversación puede actuar como prueba en procesos civiles, arbitrales o penales, pero dicha grabación debe cumplir con ciertos requisitos. En algunos casos, se requieren datos adicionales para utilizar dicho registro en la corte.
La grabación de la conversación a menudo sirve como prueba en varios tribunales. Por lo tanto, en los procesos penales, estos registros se utilizan a menudo para confirmar que una persona específica ha cometido delitos como recibir o extorsionar un soborno. En los procedimientos administrativos, los usuarios de la vía pública a menudo presentan una grabación de una conversación que impugnan las decisiones o acciones de los inspectores de la policía de tránsito. Finalmente, en los procesos civiles se puede utilizar la grabación de una conversación para acreditar la existencia de determinados acuerdos entre las partes, aunque suele requerirse otra prueba para obtener el resultado deseado en este último caso.
¿Cómo se presenta una grabación de una conversación en el tribunal?
La grabación de la conversación generalmente se presenta al tribunal con una transcripción, es decir, con el soporte de papel adjunto, en el que se presenta toda la conversación grabada en forma de texto. Esto es lo que le permite obtener rápidamente la información que necesita sin escuchar la grabación de audio en sí. Si una transcripción ejecutada profesionalmente puede ser suficiente para la presentación junto con la grabación de audio de una conversación en un proceso civil, entonces en un proceso penal es obligatorio escuchar la fuente original. Esta es una de las garantías inalienables para la implementación del principio contradictorio del proceso, ya que las mismas frases pronunciadas en la grabación pueden ser evaluadas de manera diferente por los participantes en el juicio.
¿Qué puede impedir el uso de una grabación de una conversación como prueba?
Cuando se utiliza la grabación de una conversación como prueba en un proceso civil, las partes pueden enfrentar ciertos problemas, la mayoría de los cuales dependen directamente de la calidad de la grabación de audio. Por lo tanto, el interesado no solo deberá realizar una transcripción profesional de la conversación grabada, sino también demostrar la pertenencia de las voces a personas específicas. Para tal evidencia, a menudo se usa un examen, sin embargo, con una calidad de grabación deficiente, los expertos a menudo toman la decisión de que es imposible confirmar completamente estas circunstancias. Además, la mala calidad de la grabación de audio puede impedir que se transcriba correctamente, lo que también reducirá su credibilidad ante el tribunal u otro organismo autorizado. Los problemas identificados a menudo se pueden eliminar mediante el uso de la grabación de la conversación junto con otras pruebas para respaldar ciertos hechos.
