Algunos ejecutivos no están de acuerdo con razones obvias. Esto sucede porque el empleado tergiversa la información. Antes de acudir al jefe, es necesario analizar la situación y "ponerse en la piel" de un diplomático.
Instrucciones
Paso 1
Recolectar evidencia. Para el jefe, los rumores, las opiniones, las palabras no significan nada. Si hay evidencia, se debe verificar la repetibilidad. Quizás hay un evento único que no merece atención. Si está seguro de que la evidencia se ha recopilado con cuidado, debe presentarla correctamente. No se apresure a correr inmediatamente hacia su jefe. Observe cómo está acostumbrado a recibir y procesar datos. Pueden ser tablas, gráficos, imágenes, presentaciones. Ponga en orden el flujo de información.
Paso 2
Encuentre beneficios para su jefe. La información se puede interpretar tanto positiva como negativamente. Nadie necesita problemas innecesarios en el trabajo. Presente la información para que el jefe vea los beneficios por sí mismo personalmente.
Paso 3
Muestre cómo deshacerse de las consecuencias negativas. Si la evidencia requiere cambios dentro de la empresa, tenga especial cuidado. La gente se resiste a cambiar. Los beneficios del cambio pueden resultarle obvios. Pero si chocan los intereses de diferentes departamentos de la empresa, el jefe no querrá contactar con nadie y no aceptará una buena idea. Por tanto, analice las consecuencias y dígale a su jefe cómo neutralizar los posibles riesgos.
Paso 4
Desarrolle un plan de implementación paso a paso. Si está convencido de que tiene razón, no espere que alguien haga todo el trabajo. Acuda a su jefe con un plan de cambio paso a paso.
Paso 5
Deje caer la emoción, muestre entusiasmo. Si trabaja para una gran empresa, tenga en cuenta que las empresas son como un mecanismo inerte. Puede haber mucho caos en los departamentos, pero todo está en cierto equilibrio. No debes interferir con estos procesos con emociones desnudas. Pero si contagia a la gente con entusiasmo y muestra un plan claro, puede contar con el apoyo.