En la era de una gran cantidad de aplicaciones para hacer listas de tareas, muchas personas todavía prefieren la versión en papel de dichas listas de tareas, pero, por regla general, se enfrentan a una serie de problemas relacionados con la formulación correcta de tareas.
Al hacer otra lista de cosas que hacer durante el día, las personas enfrentan dos problemas. En el primer caso, describen la tarea de manera muy breve, omitiendo incluso los detalles necesarios. En el segundo caso, la descripción resulta innecesariamente detallada, repleta de detalles, pero la esencia misma de la tarea se escapa. Entonces, ¿cómo se puede encontrar un equilibrio entre la brevedad y el contenido informativo eficaz?
Lo más simple es construir la tarea como si la estuviera escribiendo no para usted, sino para alguien que conoce. La descripción debe ser razonablemente breve y comprensible. Al establecer una tarea, estábamos completamente poseídos por los pensamientos relacionados con esta tarea y, como resultado de una descripción demasiado detallada o demasiado corta, el significado se vuelve inaccesible para nosotros; después de todo, olvidamos casi todo lo que pensamos en el momento. momento de establecer la tarea. Pensar en la delegación de tareas le permite resolver este problema.
Empiece ahora a practicar la configuración correcta del problema. Imagine una tarea que debe completar mañana y anótela para que otra persona entienda de inmediato lo que está en juego. El enunciado del problema debe ser claro, conciso e incluir solo detalles esenciales, que son indispensables; todo lo demás puede pasarse por alto. Además, una cierta variabilidad de la tarea le permitirá no sentirse atado a un marco rígido, que juega un papel psicológico importante.