Si recientemente ha estado en una búsqueda activa de trabajo y, finalmente, en base a los resultados de su currículum, está invitado a una entrevista con el empleador, entonces trate de no cometer errores y dé la mejor impresión en él.
Instrucciones
Paso 1
En primer lugar, piense en lo que irá a la entrevista. Probablemente ya conozca el perfil de la empresa a la que está invitado, y represente aproximadamente el código de vestimenta al que se adhieren. Trate de igualarlo tanto como sea posible. En cualquier caso, excluya inmediatamente las faldas cortas, los vestidos de colores brillantes, los pantalones cortos, las botas por encima de la rodilla y las zapatillas. Una mujer debe tener un mínimo de cosméticos y joyas. Cabello lavado y bien peinado, la manicura solo es bienvenida. Tanto la ropa como los zapatos deben estar limpios.
Paso 2
No dejes que tu entrevista siga su curso, piensa de antemano qué preguntas te pueden hacer y prepara, al menos en términos generales, las respuestas a ellas. Refresca en tu memoria los plazos y fechas de tu historial laboral, agradecimientos y premios que recibiste en trabajos anteriores.
Paso 3
Dado que aún no conoce personalmente a su posible empleador, su impresión de usted se basará en gran medida en el nivel verbal; dependerá de su forma de hablar, gesticular y mirar al interlocutor.
Paso 4
Siéntese derecho mientras habla, pero no pellizcado ni relajado. No se encorve, no ponga las manos debajo de la mesa, deben estar a la vista. No toque ni retuerza nada en ellos, incluida la nariz, el lóbulo de la oreja o el cabello. No se los lleve a la boca, ni se los cubra, ni se rasque el cuello; en lenguaje de señas, esto indica inseguridad y deseo de mentir.
Paso 5
En una conversación, no uses refranes y bromas, no hables alegóricamente y extensamente. Las respuestas breves y alfabetizadas serán su mejor recomendación. Al mismo tiempo, no escondas la mirada, elige un punto detrás del hombro del interlocutor y de vez en cuando respóndele mirando directo a los ojos. Trate de no desanimarse con preguntas inesperadas: el empleador, tal vez, quiera probar su reacción y capacidad para salir de situaciones atípicas, mantenerse a la par, con dignidad. ¿Estás listo? Entonces, ¡sin pelusa, sin pluma!