Un contrato de matrimonio es una decisión mutua de ambos cónyuges sobre derechos y obligaciones mutuos, sobre la división de la propiedad adquirida conjuntamente en caso de divorcio. Celebrar un contrato matrimonial significa aislarse de posibles disputas y procedimientos legales en caso de divorcio.
Instrucciones
Paso 1
Para concluir un contrato matrimonial, cada uno de los cónyuges debe escribir detalladamente en una hoja de papel lo que le gustaría de su otra mitad en matrimonio y cómo dividiría la propiedad que aún no ha sido adquirida.
Paso 2
Con todos sus deseos escritos en una hoja de papel, diríjase a un notario, en quien usted y su pareja confíen. Solo él te ayudará a redactar correctamente el texto del contrato matrimonial.
Paso 3
Antes de poner su firma en un documento, léalo con mucha atención. Si todo le conviene a usted y a su cónyuge, firme el contrato de matrimonio en presencia de un notario.
Paso 4
El tema principal que afecta al contrato matrimonial es la resolución de problemas asociados con la división de bienes, a saber: a quién y qué parte de él se destinará después del divorcio. Además, puede especificar en el contrato matrimonial los derechos y obligaciones mutuos con respecto a la crianza y el mantenimiento de los hijos, el cuidado de los padres ancianos, así como las cuestiones relativas a la provisión mutua.
Paso 5
En el contrato matrimonial, puede especificar cuánto del dinero de sus ingresos invertirá usted y su cónyuge en la organización de las vacaciones, por ejemplo, Año Nuevo o cumpleaños, y cuánto ahorrar para un día lluvioso.
Paso 6
Un contrato matrimonial no puede restringir los derechos y libertades constitucionales de ambos cónyuges. Por lo tanto, sobre esta base, no se puede obligar a su alma gemela a votar por el candidato "necesario" en las elecciones, no se puede obligar al marido a ver series de mujeres en la televisión y a la esposa no se le puede enraizar por un determinado equipo de fútbol.