Uno de los terroristas más famosos del mundo finalmente ha sido sentenciado. Anders Behring Breivik, un fundamentalista noruego que organizó el atentado con bomba en el centro de Oslo y el ataque a un campamento juvenil el 22 de julio de 2011, recibió el castigo más severo en la historia de la justicia noruega.
El terrorista noruego Anders Breivik en julio de 2011 cometió un doble ataque terrorista: detonó una bomba en el distrito gubernamental de la capital noruega y luego fue al campamento juvenil del gobernante Partido de los Trabajadores Noruegos y comenzó a disparar allí. Como resultado de las acciones de Breivik, 240 personas resultaron heridas, 77 murieron, la mayoría adolescentes. El terrorista confesó haber cometido los delitos, pero no admitió su culpabilidad, además, lamentó el reducido número de víctimas.
El proceso, que tuvo lugar el 24 de agosto de 2012, llamó la atención de todo el mundo. Un gran número de periodistas, familiares de las víctimas, víctimas y residentes ordinarios de Noruega, todos esperaban con ansias el veredicto. Anders Breivik fue condenado a 21 años de prisión, la medida más alta en Noruega. Así, el terrorista cumplirá aproximadamente tres meses por cada muerto.
Los fiscales insistieron en que Breivik era anormal, como lo demuestra la conclusión de uno de los exámenes. Esquizofrenia paranoica, voces en la cabeza: la fiscalía intentó enviar al terrorista para tratamiento obligatorio en un hospital psiquiátrico hasta el final de sus días. Sin embargo, otro examen encontró a Breivik bastante cuerdo, los abogados de la defensa insistieron en las peculiares opiniones políticas del acusado y exigieron que fuera encarcelado. Sus acciones fueron dirigidas contra los políticos del país, quienes permitieron que muchos migrantes ingresaran al país, debido a ellos, pierde su cultura. La masacre en el campamento juvenil fue un plan de respaldo, en caso de que la oficina del primer ministro noruego no pudiera ser arrasada.
El reconocimiento de Breivik como normal convenía tanto a los residentes del país como al propio terrorista. Lo habría considerado un insulto si hubiera recibido una sentencia más leve del tribunal. La pena de prisión, la máxima según los estándares de Noruega, puede extenderse incluso si Breivik es reconocido como peligroso para la sociedad; al final de los 21 años, se llevará a cabo otro examen psiquiátrico. Se ha preparado especialmente para él una celda de tres habitaciones en la prisión de Ila: un despacho (con ordenador), un dormitorio y un gimnasio, además de un patio para pasear. De vez en cuando, personas especialmente contratadas vendrán a Breivik para hablar y jugar al ajedrez con él.
