Es posible que una oferta para un puesto superior no siempre sea bienvenida. Si no te imaginas en el rol de líder, no quieres abandonar tu actual campo de actividad, y la responsabilidad que recaerá sobre tus hombros te parece insoportable, aprende a decir “no” cortés y firmemente a tu jefe.
Instrucciones
Paso 1
Si ha trabajado en una organización durante mucho tiempo, probablemente haya estudiado el carácter y los hábitos del jefe. Trate de hablar cuando esté de buen humor y también esté dispuesto a escuchar y evaluar con sensatez todos los argumentos.
Paso 2
Prepárese cuidadosamente antes de hablar con su jefe. La negativa expresada no debe ser infundada: proporcione hechos convincentes. Por ejemplo, refiérase al hecho de que su experiencia es insuficiente para realizar nuevas funciones. Si le ofrecen una posición de liderazgo, convenza a su jefe de que usted es un actor mucho más exitoso y no está en absoluto preparado para dirigir personas. Tus dudas no deben basarse en tu propio miedo o incertidumbre, al contrario, posicionate como un empleado competente y responsable que no es indiferente al futuro de la empresa.
Paso 3
Algunos especialistas, habiendo alcanzado grandes alturas en un área determinada, deliberadamente no quieren ascender en la carrera. Si eres uno de ellos, demuestra que puedes ser lo más útil posible en tu ubicación actual.
Paso 4
Esfuércese por lograr un equilibrio entre las razones personales y profesionales de rechazo. En una conversación, no debe dejarse guiar únicamente por las circunstancias familiares. Después de todo, para el jefe, usted es, ante todo, un profesional al que se le ha dado una gran confianza. Asegúrese de agradecer a su jefe por la sugerencia.
Paso 5
Su conversación con su jefe debe ser discreta y sin ambigüedades. Sea lo más franco y honesto posible durante la conversación. Si el líder ve en usted no a un observador indiferente, sino a una persona que está verdaderamente interesada en una causa común, la negativa será recibida más favorablemente.
Paso 6
Habla de forma clara y sin ambigüedades. Evite las frases evasivas y vagas en la conversación, de lo contrario, el discurso puede malinterpretarse. Si es necesario, sea firme con argumentos persuasivos y sus palabras no parecerán engreídas o ingratas. Esto le permitirá lograr su objetivo y mantener buenas relaciones con el gerente.