En Rusia, la canasta del consumidor va muy por delante del salario mínimo, lo que obliga a algunos ciudadanos a buscar ganancias adicionales para llegar a fin de mes. Pero ganar dinero extra es un arma de doble filo.
La conveniencia de las ganancias adicionales se puede ver desde dos posiciones: mejorar la situación financiera del sujeto y el beneficio práctico para la sociedad.
Ingresos adicionales como reposición del presupuesto familiar
En la sociedad moderna, desde la época de la perestroika, ha existido una tendencia hacia la estratificación social y material de la sociedad. El deseo de igualar el nivel de vida obliga a las personas a buscar ingresos adicionales. Aunque para las personas de algunas especialidades, los ingresos adicionales son la única forma de llegar a fin de mes.
Es posible vivir de los ingresos de un maestro o de un médico, pero muy modestamente. Es imposible vivir del salario de un maestro asistente de jardín de infancia. Bibliotecarios, por lo que a principios del siglo pasado, el académico Likhachev llamó "los últimos santos en Rusia" debido a su trabajo prácticamente gratuito.
Para estas familias, los ingresos adicionales son una bendición, por un lado. Pero, por otro lado, el segundo trabajo lleva un tiempo que podría utilizarse para la comunicación familiar, la recreación cultural.
Además, las capacidades humanas de una persona tienen límites y la fatiga física constante puede conducir a un deterioro de la salud humana.
Ingresos adicionales como contribución al desarrollo de la sociedad
Para quien trabaja una persona, en última instancia crea algún tipo de productos u ofrece servicios. La calidad de un producto o servicio depende en gran medida del esfuerzo invertido.
Ejemplo 1. ¿Qué esfuerzos puede hacer un taxista que, habiendo trabajado un turno en una planta, va a "bombardear" para conseguir un centavo extra para su familia? En este caso, los ingresos adicionales pueden convertirse en una tragedia humana.
Ejemplo 2. Los bajos ingresos en la escuela se compensan tanto como sea posible con una carga de trabajo adicional, pero hay un límite para todo. Con la norma de 18 horas, el maestro no puede tomar más de dos tarifas, pero esta cantidad no es suficiente para una existencia normal. Como resultado, el docente se ve obligado a participar en la tutoría, haciendo los principales esfuerzos para brindar servicios de calidad a los estudiantes remunerados. No queda energía ni tiempo para prepararse para las lecciones en el lugar principal de trabajo. En este caso, los ingresos adicionales se transforman gradualmente en ingresos permanentes, lo que a su vez conduce a una disminución en la calidad de la educación pública.
Hay muchos ejemplos, pero se puede sacar una conclusión. Ganar dinero extra es malo. Cada persona debe realizar su trabajo principal con alta calidad, y recibir un pago por ello que pueda satisfacer las necesidades, y no solo las fisiológicas. Pero esta cuestión es competencia del empleador. En el caso de las organizaciones presupuestarias, hay que depender únicamente del estado.