Existen varias técnicas efectivas que pueden ayudar a cualquier persona en el proceso de redacción del artículo.
Por supuesto, cada persona tiene su propio estilo, pero existen reglas universales para la redacción de textos que prácticamente siempre se pueden aplicar en la práctica. Usando estos simples principios, puede escribir un artículo de manera rápida y eficiente, sin importar el tema que esté desarrollando. En primer lugar, debe determinar el propósito del artículo y escribirlo usted mismo. En el transcurso de la redacción del texto, tratará de revelar el tema lo mejor posible, lo que significa que se acercará lo más posible a la meta que se determinó desde el principio. Después de eso, es necesario indicar el propósito del artículo en el título, divulgarlo parcialmente en un breve (cuanto más corto y conciso, mejor) prefacio del artículo y luego, nuevamente, en el primer párrafo del texto.. Esta sencilla técnica le da al lector la oportunidad de determinar inmediatamente si el material dado es adecuado para él y si debe dedicar su tiempo a leerlo. La mayoría de los lectores apreciarán este enfoque racional para cubrir un tema en particular. Por supuesto, si planea escribir un artículo de tamaño pequeño, no necesita hacer un prefacio, pero en cualquier caso, intente revelar parcialmente el tema del artículo para el lector que ya está en el primer párrafo. Después de eso, debe crear un pequeño esquema del artículo, que consta de cinco a ocho puntos. Al principio, esta preparación parecerá una pérdida de tiempo, pero a medida que gane experiencia, podrá dedicar un mínimo de tiempo a redactar un plan y los beneficios serán máximos. Por supuesto, puede redactar un artículo apresuradamente sin una preparación cuidadosa, pero luego se puede violar la armonía de la presentación de pensamientos en el texto. Después de eso, solo tiene que completar todos los puntos del plan con material, es decir, exponer sus recomendaciones, pensamientos, consideraciones e historias. Para que el artículo sea más legible, puede agregar un poco de ironía o auto-ironía al estilo de su autor. Y no olvides al final releer todo lo que has escrito varias veces, como si estuvieras viendo este texto por primera vez.