Si se guía por las disposiciones del art. 421 del Código Civil de la Federación de Rusia, un documento de derecho civil como un acuerdo de intención puede clasificarse como un contrato sin nombre. Se diferencia del contrato preliminar en la ausencia de condiciones esenciales claramente detalladas.
Características de un acuerdo de intenciones
Dado que, de acuerdo con el Código Civil de la Federación de Rusia, los ciudadanos y las personas jurídicas son libres de celebrar contratos en cualquier forma, un acuerdo de intención no contradice la ley y, aunque en esencia es muy similar a un contrato preliminar, es para nada. Solo prescribe la voluntad de las partes de concluir cualquier transacción en el futuro o de participar conjuntamente en este o aquel tipo de actividad. Como regla general, no se indican fechas específicas en él.
Además, el acuerdo de intención no prevé obligaciones claramente estipuladas de las partes en relación entre sí y con los términos de este documento, no se detallan los procesos de cooperación declarados en el documento. No prevé sanciones por violación de las condiciones, no hay una lista de circunstancias de fuerza mayor. Se redacta más bien no como un acto jurídico, sino como una declaración que fija oficialmente la buena voluntad de las partes y demuestra su interés mutuo.
¿Por qué necesita firmar una carta de intención?
Por lo general, dicho documento precede a la conclusión de transacciones especialmente grandes y le permite lograr varios objetivos. En primer lugar, en este documento, en un grado u otro, es posible fijar de manera preliminar ciertos acuerdos alcanzados por las partes, excluir opciones que ambas partes consideren inaceptables, o incluir aquellos puntos en los que no existen desacuerdos. En la carta de intenciones, puede reflejar el rango de precios preestablecido, acordar los términos de entrega, negociar las circunstancias que provocarán más negociaciones.
En segundo lugar, el acuerdo de intenciones tiene un carácter representativo y tiene un impacto psicológico en las partes del proceso de negociación. Este documento, que no tiene consecuencias legales, es lo que en los viejos tiempos se llamaba una "palabra de comerciante", una especie de trato de reputación, un trato de prestigio. La negativa a cumplir con las condiciones prescritas en este acuerdo puede impugnarse mediante un recurso tácito ante un tercero, por ejemplo, un inversor, un empresario. Este tipo de comportamiento siempre se da a conocer en la comunidad empresarial, reduciendo el grado de confianza en la parte que ha desatendido los acuerdos previamente alcanzados. Por lo tanto, el acuerdo de intenciones es un documento bastante significativo y viable que tiene derecho a fijar acuerdos de derecho civil.