Para saber si una declaración en particular es una amenaza, se prescribe un examen lingüístico. Sus resultados dependen de muchos factores, cada uno de los cuales debe ser tenido en cuenta por un especialista.
Como parte de un examen lingüístico, es necesario establecer el significado exacto de las palabras habladas, teniendo en cuenta el contexto. El contexto en este caso es especialmente importante: por ejemplo, si una persona en una disputa cómica amenazó a otra, esto no se considerará un delito. Otra cuestión es si golpeó, o más aún, golpeó al interlocutor, o lo amenazó repetidamente con seriedad.
Debe establecerse si la frase que la víctima interpreta como amenaza se dirige a ella. Si la declaración es de naturaleza general y no contiene información que le permita establecer a quién va dirigida, será difícil llamarla una amenaza para una persona específica. Además, es necesario verificar si ciertas palabras no se usan en un significado figurativo, lo que cambia por completo el significado de la declaración en su conjunto.
Entonces resulta qué es exactamente lo que una persona está amenazando con hacerle a la otra. Solo una amenaza para la vida y la salud será un acto punible penalmente. Esto significa que si promete robar, robar un automóvil o incendiar una casa, esa declaración no se considerará una amenaza.
De particular importancia son el carácter y las características de la persona a la que pertenece la declaración. Si proviene de un adecuado, equilibrado y sin antecedentes penales, es poco probable que se considere una amenaza real. Si las palabras sobre causar lesiones corporales graves o asesinato provienen de un reincidente, una persona mentalmente enferma, o se repiten repetidamente, la declaración bien puede interpretarse como una amenaza real.
Una amenaza se considera especialmente grave si va acompañada de una demostración de un arma potencial delictiva o contiene información detallada sobre la intención de una persona. Por ejemplo, una frase "No serás suficiente para esto" o "Sí, te acabaré" puede no ser suficiente, mientras que la frase "Te acostarás hoy, te mataré entonces" o "Cuando si vienes a casa del trabajo, lo haré, te atraparé y mataré en un callejón oscuro”puede considerarse una amenaza, sobre todo si va acompañada de una demostración del arma con la que se planea cometer un delito.