El despido por iniciativa de un empleado es uno de los más habituales. Incluso los empleadores suelen recurrir a esta formulación cuando quieren desprenderse de un empleado negligente. Pero, ¿qué hacer cuando uno de sus especialistas más valiosos renuncia? ¿Cómo conservarlo?
Aumentar los salarios. Uno de los motivos más importantes para ser eficaz es el dinero. Si el empleador tiene la oportunidad de interesar al empleado con un incentivo material, es poco probable que quiera renunciar.
Sugerir una nueva posición. La falta de crecimiento profesional es una razón igualmente común para los despidos. Según los especialistas de Superjob, menos de la mitad de los empleadores (47%) están listos para "reclutar" personal gerencial de manera independiente. Los trabajadores tan prometedores los dejan.
Mejorar las condiciones laborales. Falta de aire acondicionado en la oficina, una computadora vieja, un mouse incómodo, una silla repugnante: estas pequeñas cosas del hogar no solo reducen la eficiencia de los empleados, sino que también los alientan a buscar un lugar más cómodo para trabajar. Al eliminar la causa de las molestias del trabajador, puede estar ahorrando una valiosa experiencia.
Enviar de vacaciones. Un empleado cansado es propenso a acciones precipitadas. Quizás solo necesite descansar. La ausencia temporal de un empleado es mejor que el despido.
Sugiera un horario más conveniente. El motivo de la decisión de despedir a un empleado puede ser la falta de sueño banal o la imposibilidad de recoger a un niño del jardín de infancia. Trate de ofrecerle un mejor horario de trabajo.
Ofrezca formación. Adquirir habilidades valiosas en el trabajo, pasantías en cursos de actualización interesantes, estudiar programas especializados, todo esto puede ser un buen incentivo para permanecer en el lugar de trabajo y posponer el despido.
Interesarse en los prospectos. Por el momento, no hay oportunidad de subir sueldos u ofrecer un nuevo puesto, pero en el futuro seguro que aparecerá. La mayoría de los trabajadores están insatisfechos con su puesto y trabajan exclusivamente para el futuro.
No existe ninguna razón legal para no despedir a un empleado por su propia iniciativa. El empleador solo puede detener al empleado durante dos semanas después de recibir la solicitud. Este tiempo se otorga para que el empleado complete los asuntos de actualidad y la búsqueda de un nuevo candidato para su puesto. Puede utilizar este período para persuadir al empleado de que renuncie.
Al mostrar la importancia de un empleado, la falta de voluntad para perder a un especialista tan valioso es otro método de influencia psicológica para motivar al empleado a no renunciar. Los empleadores a menudo reciben críticas apresuradas y elogios tardíos. Como regla general, se redacta una solicitud de renuncia por voluntad propia cuando se encuentra un lugar de trabajo más exitoso, por lo que la decisión del empleado es definitiva y es imposible convencerlo sin ofrecer condiciones más favorables.